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1. La fuente principal de dólares ya no es el petróleo, sino las remesas
El análisis de UBS destacó que las remesas enviadas a México crecieron de 24,000 millones de dólares (mdd) en 2014 a cerca de 60,000 mdd en 2022, mostrando una solidez considerable

incluso durante la recesión mundial provocada por la pandemia de COVID-19.

“A pesar de este fuerte incremento, no ha habido una mejora considerable en la balanza por

cuenta corriente. Ello se debe a que, cuando las remesas se dispararon, el país sufrió un deterioro significativo en su balanza petrolera. De hecho, en 2015, la balanza comercial del petróleo pasó de un superávit a un déficit considerable a raíz del desplome de los precios y la caída de la producción”, dijeron.

Los estrategas consideraron que este cambio en la dinámica de entrada de divisas debería aumentar la estabilidad del peso mexicano al hacerlo menos vulnerable a la volatilidad del precio del crudo ya que la entrada de remesas suele ser más estable que otros ingresos de capital, como los flujos de cartera.

2. Baja participación extranjera en los mercados nacionales de deuda pública
Los estrategas observaron que durante la pandemia, el entorno de fuerte aversión al riesgo llevó a los inversionistas extranjeros a reorientar la asignación de sus carteras hacia activos refugio.

Esto contribuyó a que el porcentaje total de deuda pública local en manos de inversionistas extranjeros cayera desde su máximo de casi el 40% en 2015 al 15% actual.

“A nuestro juicio, esta nueva realidad podría hacer que el peso mexicano sea menos vulnerable a las salidas de cartera”, dijeron.

3: Tendencia al alza en la inversión (nearshoring)
El análisis de UBS reconoce que la inversión se ha recuperado del golpe de la pandemia y ahora muestra una tendencia al alza impulsada por un auge del gasto en maquinaria y equipo que podrían atribuirse a los primeros indicios de la relocalización de las cadenas de producción (tendencia conocida como nearshoring) así como a los cambios en las reglas de origen del T-MEC para el sector automotriz.

Los analistas señalaron que si esta tendencia de inversión se mantiene durante un periodo prolongado, esto se vería reflejado en un aumento de la productividad y un mayor crecimiento económico.

“Si México logra aprovechar las oportunidades de la relocalización, podríamos ver un fuerte repunte de las exportaciones manufactureras y la inversión extranjera directa, lo que, a su vez, reforzaría las cuentas externas e impulsaría aún más al peso mexicano”, explicaron

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